Cada cliente es único y tiene unas necesidades diferentes, por eso es de gran importancia conocerlo bien y entender cómo quiere vivir.
Para ello, realizamos una primera reunión antes de empezar a trabajar en el proyecto, en la que profundizamos sobre detalles de la nueva vivienda, cuál es su estilo de vida, rutinas y gustos, así como sobre el presupuesto aproximado que tiene pensado destinar a la intervención.
Este último factor es muy relevante para poder adaptar el proyecto a ello y que el cliente se sienta cómodo y disfrute del proceso.